miércoles, 23 de noviembre de 2011

Sistemas electorales (I): el Sistema del Parlamento Vacío

El tema de los sistemas electorales, sus pros y sus contras, es terriblemente complejo, y yo todavía estoy aprendiendo. Sin embargo, cuando era más joven, se me ocurrió un sistema que el otro día ví que alguien proponía en un blog, de manera que lo rescato. Supongo que se le habrá ocurrido ya a mucha gente. Pero no lo sé, y si existe, no conozco su nombre. Le llamaré "el Sistema del Parlamento Vacío" porque la mayoría de los edificios que hoy en día se destinan a albergar las sesiones de los Parlamentos se quedarían demasiado grandes con el nuevo sistema.

Lo hago sólo a modo de divertimento, para hacer pensar. Probablemente tendrá muchos inconvenientes que lo harán inviable, y por eso, que yo sepa, no se utiliza en ninguna parte.

Está pensado para una cámara ciudadana, como el Congreso de los Diputados de España, no para una cámara territorial (Senado).

Ahí va:


1) Los electores votan a un partido político, y sólo a uno. No votan a individuos ni listas de individuos.

2) La circunscripción es única: todos los votos van a la misma bolsa.

3) Los partidos que no obtienen un porcentaje mínimo de votos (ej: el 2 ó el 3%) no obtienen representación.

4) El resto de partidos políticos sí que tienen representación. Pero en cada sesión, acuden sólo 2 ó 3 representantes de cada partido, los necesarios para debatir los temas que se traten.

5) Cuando finaliza el debate y se vota, un representante de cada partido emite su voto. Cada partido tiene un "poder de voto" igual a los votos que haya obtenido en las elecciones (ej: 2.405.796 votos).

6) Las propuestas se aprueban por mayoría absoluta: si una propuesta recibe más "poder de voto" de los distintos partidos que estén a su favor que la mitad del "poder de voto total" (la suma del poder de voto de todos los partidos con representación), entonces queda aprobada.


Divertido ¿verdad? Quisiera salir al paso de algunas objecciones que se le podrían hacer, para aumentar la guasa.

1. "Los partidos políticos tienen demasiado poder: hay que quitárselo y volver a dárselo a los individuos, a los elegidos por los ciudadanos. Éste sistema hace justamente lo contrario".

En efecto, hace justamente lo contrario. Aunque la verdad es que en un sistema de listas cerradas y bloqueadas como el actual en el Parlamento Español, en realidad el elector no tiene ya ningún poder para elegir a individuos.
Pero ¿debería poder? ¿A qué deberíamos votar, a individuos o a programas? Yo soy de los que opinan que, básicamente, a programas, y, si saben lo que les conviene, ya se encargarán los partidos de elegir los que mejor los defiendan y a los más aptos para gobernar. Los sistemas donde uno elige a los individuos (ej: listas abiertas) tienden a llevar al poder a personas mucho más radicales. Esta es una afirmación cuya demostración dejo para el futuro. Pero para mí está claro que los partidos, con todos los fallos que puedan tener, cumplen funciones vitales en la sociedad democrática: tienden a moderar el mensaje político y a ahorrar costes de información a los electores (si a la mayoría nos pusieran en el parlamento a tener que votar sobre cuestiones complejas, en la mayoría de los casos no sabríamos qué botón apretar).


2) "Una circunscripción única deja desprotegidos a los territorios con poca población, que sufrirán la tiranía de la mayoría".

Es posible, pero ya digo que esta es una propuesta para una cámara ciudadana, donde cada voto debería valer lo mismo. Para corregir los desequilibrios de población entre territorios ya está (o debería estar) el Senado. Lo que es una trampa es no tener circunscripción única en el Congreso cuando ya se tiene un Senado.

3) "Establecer un porcentaje mínimo de votos para obtener representación mina la proporcionalidad y puede impedir que partidos incipientes accedan al cuerpo legislativo".

El único sistema totalmente proporcional sería aquel en el que todos sus ciudadanos acudieran a las votaciones en el parlamento. Pero eso, naturalmente, es imposible en cuanto la población adquiere cierto tamaño. Siempre tiene que haber cierta ruptura de la proporcionalidad. Si no hay un límite mínimo, el Parlamento se llenaría con cientos de partidos diferentes, y no podría realizar su función: se tardarían meses en debatir cada propuesta, por ejemplo.

4) "¿Para qué serviría el debate parlamentario en el Sistema del Parlamento Vacío?"

Ajá. Esa es la auténtica perversión. Me encanta.

En un sistema normal, con el parlamento lleno de elegidos (diputados en el caso del Congreso), se supone que la propuestas se debaten para intentar convencer a los otros, y que las que tienen la fuerza de la razón serán capaces de convencer a una gran mayoría de diputados. Aunque no se pueda convencer a todo el mundo, si uno tiene razón y argumenta bien será capaz de convencer a muchos, por lo que la propuesta saldrá elegida.
Pero los que vivimos en España (y supongo que en esto compartimos experiencias con los ciudadanos de muchos otros países), entendemos lo utópica que resulta esta visión. La pregunta que tendemos a hacernos es ¿y para qué sirve el debate en una cámara legislativa donde los diputados votan con disciplina de voto? Pues para lo mismo que en el Sistema del Parlamento Vacío...

5) "¿Y si en una votación clave para el futuro de una generación, el representante del partido se vuelve loco o se equivoca de botón al votar?"

No es una verdadera dificultad. Basta con establecer la regla de que, en lugar de un sólo representante, haya unos pocos (ej:3), de manera que si el "principal" se equivoca, su voto pueda ser revocado por el de los otros representantes elegidos por su partido. Dicho sea de paso, no hay ninguna ley de la Naturaleza que diga que cada propuesta deba votarse justo después de debatirse. Los partidos podrían tener cierto tiempo (ej: 2 días) para hacer una reflexión interna en sus órganos internos correspondientes para sopesar las razones de los demás antes de votar.

6) "El Sistema del Parlamento Vacío" es un sistema extremadamente proporcional, y adolecería de los mismos inconvenientes que cualquier otro sistema proporcional."

Cierto, pero ¿qué inconvenientes son esos? Lo que suele citarse es la fragmentación del Parlamento: demasiados partidos, que tienden a disminuír la gobernabilidad. Por ejemplo, puede ser necesario el voto de varios partidos pequeños para elegir al Presidente (y/o al Gobierno), y éstos pueden poner condiciones muy onerosas, se tienden a generar macrocoaliciones inestables, etc. Este asunto es complejo, y lo dejo para un futuro post. Sin embargo, para ir meditando, dejo este provocador artículo de Jorge Urdánoz en El País: "Nada justifica la desigualdad de voto".

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Nada/justifica/desigualdad/voto/elpepuopi/20100524elpepiopi_12/Tes

La Constitución Española, comentada

Dejo este link al ministerio del interior

http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/index.htm