miércoles, 22 de agosto de 2012

Las "Charter Cities" de Paul Romer

El economista Paul Romer, especializado en crecimiento económico, propone fundar "Charter Cities" o "Ciudades con Carta" para ayudar al desarrollo del tercer mundo. El procedimiento viene a ser más o menos así: un país tercermundista dona una parte de su territorio para fundar la ciudad. Quizá la parte más importante y básica de su legislación continúe vigente en la Charter City, pero la idea es que la ciudad sea una zona de legislación especial, aparte del resto del país. Antes incluso de construír el primer edificio o calle, la ciudad se regirá por la Carta, el Charter, una especie de mini-constitución que contendrá las reglas legislativas básicas para la ciudad: qué territorio incluirá, cómo se elegirán los cargos administrativos, cómo será su sistema judicial... Todo, incluyendo cómo se reformará la propia Carta. Una idea importante es que en la elaboración de la Carta pueden intervenir varios países. El sistema judicial puede ser diseñado e implementado por jueces y técnicos holandeses. Las reglas sobre comportamiento ciudadano pueden ser diseñadas por canadienses, la regulación económica, por suizos, etc.
Se supone que las ciudades que empiecen con un sistema de reglas bien elaborado actuarán como un polo de atracción: los profesionales y las empresas, tanto nacionales como extranjeros, acudirán al lugar, atraídos por el buen sistema de reglas y normas. Las ciudades con mejor sistema de normas tendrán más éxito. Es una manera, dice Romer, de desarrollar los países que están atrapados por un sistema de reglas malo que no funciona.
Mi opinión: es una idea radical, que podría al menos ensayarse. Yo veo que los contratiempos podrían ser fundamentalmente dos:

1. En muchos países subdesarrollados, el sistema de reglas es malo porque a los que detentan el poder les interesa que lo sea, y no tendrán motivación para cambiar el sistema en una parte de su territorio, y arriesgarse a que los sistemas buenos se difundan por el país.

2. Si una ciudad tiene éxito, actuará también como un foco inmigratorio y tendrá, en menor o mayor medida, que aislarse del entorno para seguir funcionando, denegando la entrada a un porcentaje de los interesados en entrar, y eso puede originar problemas importantes. Eso es algo que a Romer me da la sensación de que no se le ha ocurrido.

Aquí el vídeo de Romer explicándolo.

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